La escuela pedagógica dota a los futuros maestros de las herramientas para enfrentarse al aula.

Asegurando el futuro

La Escuela Pedagógica José Marcelino Maceo Grajales es paradigma en la formación de maestros en Guantánamo, asegura la joven Anayais Ramírez Rojas, graduada hace dos años en esa institución educativa.

Rememora apasionada aquella etapa de estudiante, cuando desde el municipio de El Salvador llegó al centro, y profesores consagrados inculcaron en ella valores, métodos, prácticas y respeto hacia la profesión que eligió por vocación.

“Desde pequeña quise ser maestra, por eso al concluir noveno grado opté por ingresar en la Escuela Pedagógica. Una vez aquí se multiplicaron mis deseos de dar clases, pues tuve educadores muy buenos, quienes con su ejemplo me enseñaron la importancia de estudiar, superarme, dominar el contenido a impartir en el aula”, detalla Ramírez Rojas, quien forma parte del claustro de profesores de ese centro educacional.

La joven de 20 años no solo imparte la docencia en la escuela donde se formó, sino que es guía del aula de primer año en la especialidad de Historia-Español-Literatura, donde ha logrado ciento por ciento de retención escolar, resultado del vínculo estrecho entre la familia, los educandos y los profesores. 

“Siempre les recordamos a los estudiantes que de su puntualidad y consagración al estudio, depende, en gran medida, la calidad en la formación profesional, porque lo fundamental del proceso docente-educativo son las clases, además de la importancia en lograr graduar esa fuerza docente, necesaria en la formación de los hombres y mujeres del mañana”, apunta.

Ser compañera de trabajo de quienes hace muy poco tiempo eran sus profesores es otro de los retos que asume la educadora, y lo realiza con gran responsabilidad, pues “ellos fueron parte importante en mi preparación”, dice mientras mira a Adriel Gómez Hernández, su antiguo “profe de Español”, y ahora guía, en la misma aula que ella.

Por su parte, Gómez Hernández habla de la satisfacción en ver el crecimiento profesional de sus pupillos, de cómo integran los conocimientos a la práctica, y mantienen el entusiasmo por enseñar y superarse.

Con seis años de trabajo en la institución educativa, considera que a un docente nunca debe faltarle el amor a la profesión, y la preocupación y el respeto por sus alumnos.

“En el grupo tenemos estudiantes de casi todos los municipios, por lo que la mayoría hace vida interna en la escuela. Ellos pasan más tiempo con nosotros en el centro que en sus hogares, de ahí que nos vean como parte de su familia, donde prima el respeto y la confianza para conocer sus problemas y ayudarlos.

“Motivarlos con el ejemplo personal a permanecer en el oficio de enseñar, a superar esos nervios de la primera clase, de la primera escritura en la pizarra, y verlos luego en la Universidad continuando su superación, o en sus territorios ocupando responsabilidades en el sector, son logros que distinguen a la Escuela Pedagógica”, afirma.

El arte de formar maestros

Impartir la docencia, más que una profesión debe ser una aptitud, considera Yorgelis Calzado Urbina, estudiante de tercer año en la especialidad de Maestro Primario, y presidente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) en la Escuela Pedagógica.

Habla con vehemencia de las cualidades de un buen profesor; educado, de buena dicción y ortografía, responsable y empático con sus estudiantes. Cumplir esas metas son aspiraciones que tiene, y a las cuales la institución contribuye a través de su plan de estudio.

“Cuando entras aquí te preparan para que, además de buscar el aprendizaje de los alumnos, tengas una preparación integral. Las prácticas laborales, desde el primer año, permiten perfeccionar las acciones educativas en el proceso de enseñanza, mejorar los estilos, métodos y procedimientos en las clases”, refiere el líder estudiantil.

Los matutinos especiales los viernes devienen creativos espacios donde se muestra el talento y la versatilidad de cada unidad docente.

 Los matutinos especiales los viernes devienen creativos espacios donde se muestra el talento y la versatilidad de cada unidad docente: en Estimular a los futuros profesionales a permanecer en la carrera es también una prioridad, en la cual la FEEM se mantiene activa con acciones extracurriculares. 

“Realizamos festivales deportivos, encuentros de conocimientos entre unidades; intercambios con prestigiosos docentes del territorio, así como el gustado Show bomba, un espacio que agrupa a estudiantes aficionados al arte, quienes presentan obras en las diferentes manifestaciones”, precisa.

Otro de los atractivos está en el proyecto Con infinito amor, que se desarrolla en todas las escuelas pedagógicas del país, y donde la José Marcelino Maceo Grajales tiene amplia participación.

La Máster en Ciencias Lupe Ramírez Faure, profesora de Formación Pedagógica en la institución, y coordinadora del proyecto destaca que la iniciativa promueve talleres que abordan importantes temáticas como la educación del carácter, la familia como la escuela del amor, las adicciones, el embarazo en la adolescencia... tópicos que permiten la formación de un mejor profesional, pues han cambiado las condiciones en que se educan la infancia, la adolescencia y la juventud.

Igual opinión comparte la Máster en Ciencias de la Educación, Martha González Martínez, profesora guía del grupo de tercer año, de la especialidad de profesores de Secundaria Básica, quien añade que el trabajo pedagógico y metodológico está dirigido a la necesidad de autosuperación y preparación diaria del maestro y el alumno.

“Al aula hay que llegar preparada, siempre con un contenido motivador, demostrando a los futuros profesionales que nos satisface nuestro trabajo, que es educar”.

En contexto

La joven Anayais Ramírez imparte la docencia en el mismo centro donde se formó, y es guía de un grupo que mantiene el 100 por ciento de retención escolar.

 La joven Anayais Ramírez imparte la docencia en el mismo centro donde se formó, y es guía de un grupo que mantiene el 100 por ciento de retención escolar.La José Marcelino Maceo Grajales tiene una matrícula de más de mil 800 estudiantes, y se cursan 16 especialidades. Los estudios de los futuros profesores no terminan al titularse luego de cuatro cursos, sino que se incorporan de forma directa a la Universidad, y desde el centro se les da seguimiento a su preparación y superación durante dos cursos. 

Galina Rojas Rodríguez, subdirectora general docente, resalta la calidad del claustro, muchos con más de 30 años en el ejercicio profesional de la pedagogía, y otros más jóvenes, incluso, graduados de la escuela, quienes han optado por integrarse al equipo, que se caracteriza por la excelencia y la disciplina en sus clases.

“En el currículo de estudio se insertan las asignaturas Metodología de la Enseñanza de la Lengua Española, Matemáticas, Sicología, Pedagogía, entre otras, que  preparan al estudiante para su futuro profesional”, explica.

Actualmente el ingreso a la escuela es a través de un proceso selectivo con estudiantes del noveno grado, a quienes se les mide el nivel académico y se les hace una caracterización sico-pedagógica.

“Lograr más del 94 por ciento de retención en el primer año no ha sido una tarea fácil, de ahí que desde sus inicios en 2010, la primera estrategia trazada fuera sistematizar el amor por la profesión, porque no todos los educandos que inician tienen la vocación del magisterio”, reconoce Rojas Rodríguez.

Adriel Gómez considera que a un profesor nunca debe faltarle el amor a la profesión, y la preocupación y el respeto por sus alumnos.

 Adriel Gómez considera que a un profesor nunca debe faltarle el amor a la profesión, y la preocupación y el respeto por sus alumnos.“El año pasado se incorporaron a las aulas 438 nuevos profesionales, egresados de esta institución, para un 89,4 por ciento de retención de estudiantes de primero a cuarto años, resultado que nos posiciona a nivel nacional entre las tres primeras provincias en ese parámetro, pero aún estamos inconformes, ya que hemos tenido hasta un 92 por ciento de retención”.

Asevera que la mayor fortaleza de la escuela radica en la interacción con todas las instituciones educativas del territorio, a través de convenios de trabajo que complementan el sistema de formación vocacional en los niveles de Primaria y Secundaria Básica, y permite a los alumnos en la praxis comprobar los conocimientos adquiridos en las aulas.

“Continuar fortaleciendo la preparación y calidad de los maestros titulados, y garantizar la continuidad de estudios de todos nuestros egresados, cuya superación es fundamental para la integralidad del aprendizaje de los educandos de todos los niveles de enseñanza son propósitos de la Escuela Pedagógica para asegurar el futuro”, concluye.

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