Abr, 2024.- Hace solo horas, cuando regresaba a casa después de cumplimentar mi jornada laboral, me entusiasmó coincidir con Jorgito. Justo en el inmenso portal de la Logia Masónica Constitución de Guáimaro encontré al niño de 12 años en pleno diálogo con un libro, su título: El diario asombro, del poeta, narrador y editor santaclareño Idiel García Romero.
Lo que veían mis ojos despertó curiosidad. ¡Cuánta imaginación en tan amena plática! No quise perderme de aquel instante mágico ni un solo detalle, rápido me escondí sin que me viera detrás de una de las columnas del emblemático recinto, decidida a escuchar sus preguntas y admirar sus gestos. Sonreí ante su cara angelical. Con entusiasmo elaboraba las incógnitas y segundos después las respondía.
Al escuchar su primera interrogante ¿Por qué tus páginas representan pautas y horizontes en la vida de los seres humanos? Puse atención a la respuesta que el mismo dio al protagonizar el personaje del libro.
Mis hojas se hacen con esos susurros que llegan en mensajes, sugerencias, historias, anécdotas, leyendas, paisajes, momentos reales o de ficción, donde quiera que la existencia nos deja su voz.
¡Qué bonito! Percibí que, a Jorgito, sin darse apenas cuenta, le nacía el don del periodismo. Trascurridos unos minutos volvió a la carga, esta vez con el interés de conocer cómo logra su entrevistado ganar tantos adeptos. En un abrir y cerrar de ojos, su vocecilla de pequeño gran hombre se adueñó del instante.
Muchas personas me quieren y hasta veneran, otras tantas me protegen y consideran valioso al punto de cuidarme como un preciado tesoro, y es que en mi interior el lector descubre datos y revelaciones sobre la realidad y sus repercusiones: familiares, sociales y culturales. Y qué decir de lo que germina del mundo imaginario. Conmigo podrás contar siempre. Te propongo algo, a partir de hoy, entre tú y yo se consolidará una eterna alianza de estima y fidelidad, sí, nunca olvides que el amor es el principio más importante en la biografía de toda persona.
Sin duda alguna, al actor principal de esta obra le apasiona la literatura. Ante lo experimentado dejé mi escondite y corrí a abrazarle y agradecerle tan hermoso momento. Atónito quedó por un corto lapso de tiempo, me miró feliz y, con la alegría de un chico amante de las letras, expresó: "No sabía que estabas tan cerquita de mí, lo que acabas de ver es un montaje para presentarlo en la escuela este 23 de abril, Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor".
Con mis manos acaricié su cabeza y mis aplausos sirvieron para evaluar su actuación auténtica y original, el primer premio ya lo había logrado. Convencida de su talento y de su éxito en la tarea encomendada me despedí no sin antes motivarlo a seguir por el camino correcto e invitarlo a continuar descubriendo las enseñanzas bien resguardadas, prestas a brindarnos eternamente sus hechizos de luces pintados con los colores del conocimiento y la gloria. (Foto tomada de Trabajadores)
