Abr, 2025.- Probablemente más de una vez hayan escuchado la famosa frase: "¡Vivir a tono con la tecnología!". ¡Y qué maravilla! La tecnología nos brinda infinitas posibilidades. Hoy quiero centrarme en un protagonista indiscutible de la era actual: el teléfono celular.
¿Sabían que todo comenzó en ´1973´?
Fue cuando Motorola lanzó el primer teléfono celular portátil, el icónico Motorola DynaTac 8000X, marcando un antes y un después en la historia de las telecomunicaciones.
Desde entonces, estos dispositivos han evolucionado enormemente, y en Cuba no es diferente. En los últimos 15 años, hemos sido testigos del crecimiento acelerado de la telefonía móvil en la isla.
Sin embargo, más allá de la innovación, hay algo que no podemos ignorar: el teléfono celular, este nuevo "mejor amigo" de muchos, parece haberse convertido en una extensión de nuestras manos. Nos acompaña al trabajo, a las fiestas, incluso al baño. ¡No exagero! Su presencia nos distrae tanto que, a menudo, olvidamos mirar a los ojos, escuchar, saludar o simplemente conectar de verdad con quienes nos rodean.
Y aquí viene la pregunta clave: ¿nos ayuda siempre a mejorar nuestra calidad de vida? Pensemos también en aquellos que, móvil en mano, graban cualquier momento, desde lo cotidiano hasta lo desgarrador. Algunas imágenes alegran el alma, pero otras solo alimentan el morbo, dañan sensibilidades y exponen lo peor de nuestra humanidad. ¿Dónde trazamos la línea?
Estoy convencida de que, si investigáramos, encontraríamos una realidad alarmante: la superficialidad en las interacciones humanas crece al mismo ritmo que nuestra dependencia de estos aparatos. Y, aunque no cabe duda de que el celular es una herramienta valiosa, también puede esclavizarnos si no sabemos ponerle límites.
Entonces, pregunto: ¿por qué no añadimos a las "funciones" de nuestros celulares dos muy importantes: servir y amar? La tecnología no debe consumir nuestra esencia. Usémosla sabiamente. Que nunca nos falte tiempo para mirar alrededor, para extender una mano amiga o para valorar lo verdaderamente importante: el respeto y la fraternidad entre las personas.
Con esto concluyo mi comentario, dejándoles un consejo: utilicen su celular, pero nunca olviden que lo más valioso que les rodea, está ahí, al alcance de un abrazo o una sonrisa. ¡Gracias por leer! (Foto tomada de Cubadebate)