Guáimaro, 10 mar.- A pesar de la formación vocacional implementada en los diferentes niveles de enseñanza, de acuerdo a las necesidades del municipio, la orientación profesional de los educandos guaimareños no responde a la demanda laboral del territorio, eminentemente agropecuario.
La mayoría de los estudiantes preuniversitarios prefieren las carreras universitarias del área de humanidades, mientras otras, de carácter priorizado en la demarcación, como Agronomía, Veterinaria, Economía y Pedagogía, no se encuentran dentro del interés de los alumnos.
Lo anterior pone al descubierto la necesidad de potenciar en las instituciones educativas el proceso que ayuda a la elección de una profesión, la preparación para ella, el acceso al ejercicio de la misma y la evolución y progreso posterior.
Este empeño puede materializarse a través del intercambio entre los profesionales de los sectores de mayor demanda y las nuevas generaciones y, también, con la planificación de visitas a centros laborales donde se necesite fuerza de trabajo calificada.
Los adultos tienen la responsabilidad de garantizar un clima de amor, respeto, entendimiento y buenas costumbres dentro del hogar, así como ser entes activos en el intercambio con la escuela, sitio donde se afianza la conducta del infante.
Dentro del proceso de formación educativa, los valores constituyen un aspecto esencial para los pequeños, les permiten afirmar su identidad y adquirir el sentido de honestidad, patriotismo, responsabilidad, respeto y sinceridad.
Otro compromiso esencial de los padres es establecer una adecuada posición ética y moral en sus hijos, para lo cual la ejemplaridad de ellos debe ser la mejor manera de demostrar cómo comportarse en la vida.
