El oficio periodístico es una de las piedras angulares de cualquier sociedad democrática. A través de la investigación y la difusión de noticias, los periodistas desempeñan un papel crucial en la formación de la opinión pública, permitiendo a los ciudadanos tomar decisiones más conscientes y participativas en la vida social, política y económica. Sin embargo, el periodismo enfrenta hoy en día múltiples desafíos que amenazan su integridad y eficacia.
A nivel global, la era digital ha revolucionado la forma en que se consume la información. Las redes sociales han permitido una democratización del acceso a la información, pero también han dado lugar a la proliferación de noticias falsas y desinformación.
La rapidez con la que circula la información a menudo supera la capacidad de verificación, lo que plantea un reto significativo para los medios de comunicación tradicionales. Además, la concentración de la propiedad de los medios y la creciente presión económica han llevado a un debilitamiento de la calidad del periodismo, priorizando el clickbait sobre la investigación profunda.
En el contexto de Cuba el periodismo también enfrenta retos como la proliferación de noticias falsas, la disminución de la credibilidad de los medios de comunicación tradicionales, la fragmentación de la audiencia debido a las redes sociales y las limitaciones económicas. Estos desafíos ponen en riesgo la integridad y la calidad del ejercicio periodístico, así como la confianza del público en la información que recibe.
En Holguín la situación refleja tanto las dificultades generales del periodismo cubano como las particularidades de una región en desarrollo. Los periodistas locales luchan por cubrir temas de interés comunitario desde la economía hasta la cultura, en medio de un clima de incertidumbre y restricciones. La falta de recursos, capacitación y acceso a plataformas digitales limitan aún más su capacidad para informar de manera efectiva.
Para hacer frente a estos desafíos los medios y los periodistas deben adaptarse a las nuevas realidades del entorno digital. Esto implica invertir en superación profesional, promover la alfabetización mediática e informacional, diversificar las fuentes de ingresos más allá de la publicidad y fomentar la transparencia en la producción de contenidos.
Es necesario que los periodistas mantengan altos estándares éticos, sigan principios de verificación rigurosa de la información y sean transparentes en su proceso de reportaje. Además, es importante que el público sea crítico con las fuentes de información que consume y apoye a los medios de comunicación, que deben mantener la integridad y calidad editorial para seguir siendo una fuente confiable de información en la era digital.
Es imperativo que se fortalezcan los mecanismos de apoyo a los periodistas y se promueva un entorno donde la comunicación sea cada vez más plural, analítica y reflexiva. De esta manera, el periodismo podrá cumplir su función esencial de servir a la verdad y a la democracia, en beneficio de toda la sociedad.