En la tarde noche del último día del mes de febrero, a solo unas horas de concluir la primera etapa de la Declaración Jurada y pago de los tributos correspondientes al año fiscal 2024, el espacio radio televisivo Mesa Redonda Informativa fue dedicado a pormenores de la campaña que, como cada año, emprende la Oficina Nacional de Administración Tributaria (Onat).
Entre otros asuntos de interés, el programa evaluó la disciplina tributaria de los trabajadores por cuenta propia quienes, si bien no suman un aporte al fisco más elevado en su totalidad que otros actores, sí constituyen mayoría en este proceso y, de hecho, dada su diversidad y dispersión en múltiples escenarios económicos y sociales, representan el grupo más complejo.
Recordemos que, aunque el período voluntario para la presentación de la declaración jurada se extenderá hasta el venidero 30 de abril, quien lo hiciera y pagara hasta el 28 de febrero se beneficiaba con un cinco por ciento de bonificación; y si, además, lo hacía mediante los canales electrónicos establecidos, se le agregaba un tres por ciento.
Si se evalúa el asunto con la seriedad que merece, puede aquilatarse en su dimensión real lo que representan tales aportes para las arcas del Estado, bien lejos de estar debidamente aprovisionadas, cuando “el zapato aprieta” en la vida doméstica y en otros contextos, y la palabra crisis suele ser un término recurrente en los círculos académicos y un poquito más allá, no solo en Cuba.
Una y otra vez se ha explicado que los ingresos obtenidos por el pago de impuestos permiten asegurar —en alguna medida, por supuesto— los principales sectores y programas, especialmente los asociados a la Salud Pública, Educación, Asistencia y Seguridad Social, la cultura, la ciencia y el deporte, así como obras vitales para el desarrollo del país.
La otra arista tiene que ver con el dinero que ahorra cada contribuyente cuando abona lo establecido por la ley y, además, lo hace a tiempo, si se entiende en su real dimensión lo que implica, en cuanto a beneficio individual, la bonificación por el pronto pago.
Pues bien, al comentar el comportamiento de la actual campaña, Arelis Pérez García, directora nacional de Servicio al Contribuyente de la Onat dijo, el 28 de febrero, que, hasta esa fecha, de un potencial de 483 025 contribuyentes obligados a declarar el Impuesto sobre Ingresos Personales, lo habían hecho 98 501, lo que representaba un 20,4 por ciento de cumplimiento, “comportamiento superior al del mismo período del año anterior, en el cual habían declarado el 18,2 por ciento de los obligados”.
En otras palabras, solo uno de cada cinco de los “obligados” cumplió bien y a tiempo el encargo social en el período que había iniciado el 6 de enero y se extendió casi dos meses en los cuales podían beneficiarse con las citadas bonificaciones.
A tenor de los datos aquí reproducidos, la especialista elogiaba entonces el mejoramiento de la disciplina tributaria y reconocía que ello ocurría, como todos apreciamos y sufrimos en el día a día, “en condiciones diferentes”, eufemismo aparte, prolongados apagones y, por consiguiente, menos acceso a los servicios digitalizados, imprescindibles para cumplir con la Onat.
La Campaña de Declaración Jurada y Pago de Tributos es un proceso clave que involucra a todos los contribuyentes, organismos, instituciones y gobiernos locales del país. Detalles del ejercicio 2025, a continuación 👇#MarcaTuValor #Cuba 🇨🇺https://t.co/0gt2veibpS
— Ministerio de Finanzas y Precios Cuba (@finanzasprecios) March 4, 2025
Picado por la curiosidad, este comentarista indagó acerca del comportamiento de Ciego de Ávila. La información ofrecida por Sandra de la Caridad Torres Tejera, jefa del Departamento de Atención al Contribuyente en la sede provincial de la Onat, consignaba que el 21,3 por ciento de los cuentapropistas que debían presentar la Declaración Jurada 08, lo habían hecho, según los datos acopiados al cierre de febrero y no a todos les correspondía pagar.
Como puede observarse, la proporción era parecida a la del país (los datos que se ofrecieron en la Mesa Redonda debieron incrementarse, ligeramente, hasta las 12 de la noche del 28 de febrero). Si la matemática no falla, se trata de la quinta parte de unos 15 700 contribuyentes que, en calidad de cuentapropistas, se registran en el territorio avileño, aproximadamente.
Como en otras ocasiones ha advertido Invasor, “el mal hábito de dejar para el final lo que en tiempo y forma puede reportar, al menos, un doble beneficio: dividendos financieros y tranquilidad a quien cumple con su deber, aún prevalece en una porción significativa de los implicados”.
Cuando este medio de comunicación hacía el balance de la campaña precedente en Ciego de Ávila, tuvo a bien hablar de “sprint final, digno de una carrera decidida por photofinish”, lo cual permitió cumplir “al ciento por ciento la campaña correspondiente al 2024”, hecho que alcanzaba por tercer año consecutivo.
Si develamos las interioridades de esa realidad, el esfuerzo adicional para los trabajadores de la Onat en la provincia significó visitar las zonas de concentración de trabajadores por cuenta propia, punto por punto. Imaginemos lo que entonces ocurrió, por ejemplo, en la capital provincial, en la terminal de ómnibus, detrás del edificio de 12 plantas, en todo el bulevar, y en el resto de los municipios. Y cuando digo imaginemos lo hago pensando en los tropiezos que sufren los controladores, cuando la persuasión choca con reacciones negativas, incluidas respuestas nada agradables, y el incremento de la carga de trabajo, excesiva y a contrarreloj, al interior de las oficinas.
¿Qué magnitud y consecuencias podrá tener el sprint más o menos cercano al 30 de abril de este año, precisamente en tiempos de reducción del servicio eléctrico, habida cuenta de lo que ello representa para el funcionamiento estable de los servicios digitales, repito, imprescindibles, para cumplir con las exigencias de la Onat?
¿Quiénes advierten que, detrás de maratones a los que obligan los morosos, también peligra la posibilidad de alguna que otra imprecisión y hasta chapucería?
¿Cuándo cesará, o al menos se reducirá a números verdaderamente significativos, la incidencia negativa de los contribuyentes que al final gastan más al prolongar lo que debieron asumir con inmediatez?