Una "investigación" sin firma de autor del libelo contrarrevolucionario 14 y medio armó escándalo hace par de días, apuntando a un conocido empresario italiano en Cuba como el autor del atropello masivo ocurrido hace una semana.
Cual modernos Sherlock Holmes, los editores del medio, expresamente financiados para la manipulación y la promoción de la subversión en Cuba, se inventaron una historia detectivesca, cuyo fin era apuntar que el implicado era una persona que había compartido con los dirigentes de la Revolución en algún momento de su presencia por décadas en el país, y que por lo tanto se trataba de ocultar su autoría en el abominable hecho.
Nada de testigos presenciales, nada de opinantes con nombres, nada de fuentes autorizadas. Un excelente ejemplo del "amarillismo" del "miente que algo queda"
De inmediato se montó en la fábula la maquinaria mercenaria de fango digital para darle aire a la "historia". Cibercuba y otras herramientas de la guerra mediática anticubana pusieron en el centro de sus cobertura el supuesto "palo" contra las autoridades cubanas.
La nota de la Fiscalía General de la República dada a conocer ayer, tras las investigaciones preliminares, señaló al autor del atropello, de igual nacionalidad que el empresario "acusado" y vilipendiado por el medio mercenario, pero de muy diferente nombre.
Han pasado unas cuantas horas y ni por asomo hay rubor por la flagrante mentira. Ni el y medio, ni Cibercuba, ni los otros difusores del bulo muestran algún sentido de la decencia.
Mas bien, tienen el desparpajo de continuar alimentando la fábula, con cierto dejo de duda y mucho de manipulación. Un escrito de Cibercuba, de las últimas horas, dice con dosis de bilis: "Testimonios recogidos por 14ymedio hablaban de un incidente violento, presuntamente intencional, y señalaban que el autor tenía historial problemático en Cuba. Sin embargo, el nombre de Mario Pontolillo no había sido mencionado hasta hoy, lo que reconfigura el caso y para muchos disipa —aunque no completamente— las sospechas de protección institucional; pero para los más suspicaces las acrecienta".
Esos son los valores y engranajes que mueven la maquinaria mediática anticubana financiada por Rubio y el Departamento de Estado, otras entelequias del gobierno estadounidense e instituciones de terceros países que les sirven de cobertura para el sustento a sus herramientas de manipulación y odio.
Tomado de Cubadebate