Multiplicar la prevención y el control del mosquito Aedes aegypti es algo que debería ser misión cotidiana, pero aún así cada 26 de agosto se conmemora el Día Internacional contra el Dengue para redoblar esas acciones con las que se garantizan la salud y hasta la vida.
El 2024 fue un año de lamentable récord en la historia de esa enfermedad: se notificaron 14,6 millones de casos y más de 12 000 muertes a escala mundial, el valor más alto para un periodo de 12 meses desde que hay registros.
Así lo registra la OMS y también que la región de las Américas aportó más de 13 millones de esos casos.
Entre enero y julio de este 2025, el conteo global ya supera los 4 millones de casos y 3 000 muertes en todo el mundo.
Y continúa complejo el mapa regional de picaduras de Aegypti; tanto, que para el pasado 22 de agosto en la zona se reportaban 3 634 587 casos sospechosos y una incidencia acumulada de 358 por cada 100 000 habitantes. Es un 69 % menos que en el mismo periodo de 2024, aunque con 36 países o territorios con transmisión en curso.
Además, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió en febrero último una alerta epidemiológica debida al aumento del riesgo de brotes de dengue en las Américas, atribuido a la creciente circulación en varios países del área del serotipo DENV-3, vinculado a formas graves de la enfermedad, incluso en infecciones primarias.
En consecuencia, instó a los países a fortalecer la vigilancia, el diagnóstico temprano y el manejo clínico para abordar el posible aumento de casos de dengue.
Ocurre que, según recuerda la propia OPS, el dengue presenta cuatro serotipos: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4, y la inmunidad contra un serotipo solo proporciona protección de por vida contra ese serotipo específico. Infecciones posteriores con otros serotipos pueden aumentar el riesgo de formas graves de la enfermedad.
Por tanto, el resurgimiento del DENV-3, después de una prolongada ausencia en determinadas zonas de la región, aumenta la vulnerabilidad de poblaciones que antes no habían estado expuestas a este serotipo.
Cuba: vigilancia activa y repuntes estacionales
Esta mayor isla de las Antillas mantiene una vigilancia y control vectorial continuos.
El pasado miércoles 20 de agosto - coincidiendo con el Día Internacional del Mosquito-, el Director nacional de Epidemiología del Minsap, Dr. Francisco Durán, confirmaba la transmisión activa de dengue y otras arbovirosis.
En cuanto al dengue, informó de tres casos graves y uno crítico; todos en salas de terapia intensiva.
Llamó la atención sobre la alta infestación de mosquitos en varios territorios y subrayó la importancia del saneamiento en este tiempo de lluvias e intenso calor, propicio para la proliferación del insecto.
Infomed, el Portal de la Red de Salud de Cuba, recuerda que el dengue es una infección que no distingue grupos de edades, y puede ser desde resultar asintomática a cursar con síntomas que van desde fiebre moderada a una fiebre alta incapacitante, con dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones, y erupción en la piel (rash). Precisan que la enfermedad también puede progresar a un dengue grave.
El cambio climático se anota entre los factores que han impulsado la propagación de esta enfermedad infecciosa, que tiende a un comportamiento cíclico, cada 3 a 5 años, siguiendo patrones estacionarios en correspondencia con los meses cálidos y lluviosos.
En el hemisferio Sur la mayoría de los casos ocurren durante la primera mitad del año, mientras que en hemisferio Norte, tiene lugar mayoritariamente en la segunda mitad del almanaque, cuando, como arriba se apuntó, se dan condiciones climáticas muy favorables para la reproducción del mosquito.
La prevención sigue siendo la piedra angular para evitar el dengue mediante el control del vector. Eliminar criaderos, protegerse de picaduras y contar con un diagnóstico oportuno son acciones que pueden evitar una lamentable picadura de Aedes aegypti.
Tomado de CubaSí