Sep, 2021.- La actual vía de Guáimaro llamada Eudaldo Ávila, se nombró desde ‘1855’ hasta ‘1928’ calle Cuba, una de las más céntricas de la villa.
Esta arteria se extendía de norte a sur desde el camino Rivera que hoy no existe hasta el conocido como Cerro (Irene Muñoz).
Cuenta la historia que en el siglo XIX el patriota y armero mambí Pedro Nolasco del Risco Téllez levantó un taller de carpintería, éste maderero guaimareño al iniciar la Guerra de los Diez Años, diseño y construyó en su taller cañones de madera con zunches de cobre y recubiertos de tiritas de cuero que fueron los primeros ingenios artilleros mambises utilizados contra las tropas españolas en esa contienda.
Pedro Nolasco del Risco Téllez fue el primer artesano en proporcionar al Ejército Libertador estos artefactos fruto de la ingeniosidad cubana.
Después de la Guerra de los Diez Años, se establecieron en ese camino dos carpinterías más, una propiedad Dionisio Valdés Infante y otra de un señor de apellido Infante Eduardo, la calzada es límite de la casa parroquial también del antiguo colegio María Auxiliadora (escuelas: Antonio Maceo- Roberto Rodríguez).
En época de la república se establecieron varias bodegas en su trayecto ocupando esquinas respondiendo a una costumbre de entonces.
Así hubo tiendas en las esquinas conformadas por las avenidas Eudaldo Ávila, Iris, Magín Díaz, Martí y Constitución.
Familias como las de Perancho Rodríguez muy vinculado a la política de la época y la de Felicita Labrada destacaron en el período. Vale destacar que actualmente Ramirito López, nieto de Felicita, radica en el mismo sitio donde estuvo la casa original de la prole.
Míster Line, trabajador que descubrió oro en las cercanías de Guáimaro y fomentó la mina La Florencia vivió en las década del 50 del siglo pasado en la calle Eudaldo Ávila donde también estaba establecida la familia de Félix González-Torres el artista plástico cubano más universalmente conocido de la segunda mitad del siglo XX.
La arteria Cuba adoptó el nombre de Eudaldo Ávila en honor al patriota y mambí guaimareño que junto a su hermano Ezequiel confeccionaron un plano de la plaza fuerte y lo hicieron sacar del pueblo hasta las manos de Calixto García para que organizara el asedio y asalto victorioso a Guáimaro en octubre de ‘1896’.
Por estos días la Editorial Ácana de Camagüey acaba de publicar el libro La carpintería de mi padre Gepetto, obra perteneciente a Miguel Ariza Rizo, escritor de la localidad radicado en La Habana.
El texto se gesta en la misma calle que el carpintero y armero mambí Pedro del Risco Téllez creó sus cañones de madera recubiertos de tiras de cuero, coincidencia considerada un arcoíris simbólico que une dos ingenios brotados desde la misma calle del poblado.
