Nov, 2024.- En el año 1836 nacía en Baní, una pequeña ciudad de la República Dominicana, un hombre destinado a cambiar el curso de la historia de Cuba y América Latina: Máximo Gómez Báez. Su vida y su obra se convirtieron en un ejemplo de internacionalismo y compromiso con la libertad y la justicia, trascendiendo fronteras y generaciones.
Este inolvidable independentista arribó a la mayor de las Antillas en ´1865´, en busca de nuevas oportunidades tras haber servido en el ejército dominicano. No tardó mucho en comprender que su destino estaba ligado a la causa de la emancipación cubana. Fue en la manigua redentora donde encontró su verdadero hogar y su razón de ser.
Gómez se unió a la lucha por la autonomía de la región en la Guerra de los Diez Años (1868-1878). Su destreza militar y liderazgo lo elevaron rápidamente a la categoría de Generalísimo del Ejército Libertador.
El internacionalismo destacó en él. Este sentimiento humano lo transformó en su profundo compromiso con la patria cubana, a pesar de no haber nacido en ella. Máximo Gómez entendió que la lucha por la libertad no conocía fronteras y que el destino de América Latina estaba entrelazado.
Revolucionó, como estratega militar, las tácticas de guerrilla. Su famosa estrategia de la tea incendiaria ocasionó daños significativos a las fuerzas coloniales españolas, al punto de debilitar su control sobre la isla. Bajo su mando, el Ejército Libertador alcanzó importantes victorias y demostró que un ejército irregular, pero motivado y bien dirigido, podía enfrentarse a las fuerzas imperiales.
Gómez supo ser un guerrero audaz y un líder capaz de inspirar al resto de los hombres con su ejemplo de valentía y dedicación. En cada batalla y marcha estuvo presente, compartió los mismos sacrificios y esperanzas de sus tropas.
Más allá de sus logros militares, el legado de Máximo Gómez reside en su integridad y su responsabilidad con la justicia. En su larga existencia, Gómez se mantuvo fiel a sus principios y rechazó cualquier forma de corrupción o deshonestidad.
Este 18 de noviembre de 2024, fecha que marca un aniversario más de su natalicio, lo evocamos no solo como un militar excepcional, también como un símbolo de internacionalismo y solidaridad. Su impronta nos ratifica que las contiendas por la liberación y la igualdad es una causa global, y que cada pueblo tiene el débito de apoyarse mutuamente en esta noble misión.
Cada año, al conmemorar su vida y su obra, renovamos el compromiso y mantenemos viva la llama de su legado.
¡Máximo Gómez vive en la memoria de la patria cubana! (Foto Habana Radio)