Guáimaro, 22 feb.- El arte ancestral del tejido es, sin lugar a dudas, una práctica que se remonta a tiempos antiguos.
Esta mágica forma de crear no solo tiene un valor funcional, sino también un significado cultural y artístico.
Rosa Aida Ayala Echavarría y Karina Aguilar Ayala, ambas artesanas del consejo popular Pueblo Nuevo, ubicado en la región más oriental de los territorios camagüeyanos, confirman esta afirmación.
A través de su hermosa historia, madre e hija revelan que las habilidades de tejido se transmiten de generación en generación, fortaleciendo la cohesión social y la identidad comunitaria.
Es inspirador ver cómo estas tradiciones perduran y enriquecen la vida de las personas, conectando el pasado con el presente y el futuro.