Oct, 2024.- Cuando el temporal arrecia y los vientos furiosos embaten la tierra se revela la esencia más noble del ser humano. En medio de la tormenta manos solidarias se extienden para ofrecer apoyo y consuelo. La solidaridad se convierte en un faro que guía a los necesitados, y el humanismo florece en cada gesto de ayuda desinteresada.
Las fuertes ráfagas pueden arrancar tejados y destrozar caminos, pero nunca podrán arrebatar la esperanza de los corazones que laten juntos. Cada abrigo compartido, cada palabra de aliento y acción de rescate construyen un puente de luz en la oscuridad. En estos momentos reafirmamos que somos una sola humanidad, unida por la fortaleza y la voluntad de reconstruir un mañana más brillante.
Este 22 de octubre resulta difícil para los hermanos guantanameros, muchos de ellos afectados por el huracán Oscar. Desde este terruño levantamos las banderas de la hermandad, tejiendo un tapiz de empatía y humanismo. Los hijos del más oriental de los municipios camagüeyanos confirmamos que, frente a la adversidad, la sensibilidad siempre encuentra la manera de prevalecer, fortalecida por el amor y la compasión compartidos.
Desde aquí hasta a Guantánamo toda la energía de una región que marcha junto al tiempo y reafirma su valor en la historia de la nación, por siempre decidida a enfrentar duras batallas, resistir y no claudicar. (Foto Cubadebate)