Ene, 2025.- Recordar en este enero de victorias al venerable José Martí no solo es un deber, sino un privilegio. Así lo manifiestan los futuros técnicos, obreros calificados y profesionales del mañana en la región más oriental de Camagüey. Este territorio, donde los rostros jóvenes lo representan, brinda por una dedicatoria feliz, inspirada también en el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, eterno defensor de la juventud, quien afirmó:
"Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!"
Es evidente el gran respeto que los estudiantes de hoy sienten por el autor de La Edad de Oro, una obra que ha perdurado a lo largo del tiempo. Los niños de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) expresan con orgullo su admiración hacia el hombre que les legó sueños, conocimientos y maravillosas leyendas, y les brindó, con toda la ternura del mundo, el más mágico de los libros dedicado a los infantes de América.
A lo largo del pasado, presente y futuro, resulta reconfortante saber que Martí seguirá siendo el profeta que, en sus versos, cantó a la patria, la vida, la naturaleza, la mujer y el amor. Por estas y muchas otras razones, los estudiantes de Guáimaro, de todos los niveles educativos, leen y estudian la obra martiana.
Ese eterno amigo, nacido el 28 de enero de 1853 en una casa de la calle Paula, en La Habana, creció comprometido a luchar por causas justas. Las mismas causas que siempre lo llevaron a desenmascarar el régimen colonialista, opresor e inhumano que imperaba en la isla, hacen que Martí siga viviendo en Cuba y en el corazón de su gente. (Foto tomada de Cubahora)
