El Decreto-Ley No. 31 De Bienestar Animal entró en vigor hace tres años, con el principal objetivo de velar por el cuidado y la salud de los animales. A petición de los ciudadanos y el movimiento animalista de la Isla, muchos artículos de la ley amparan a todo tipo de animales y regulan las condiciones en las que estos deben desarrollarse. Sin embargo, la experiencia durante estos años habla de lo mucho que queda por hacer y cumplir todavía.
La clínica veterinaria estatal del municipio de Chambas, por ejemplo,ofrece sus servicios siempre y cuando los dueños llevan sus mascotas hasta ahí. No cuentan con los medicamentos ni las herramientas necesarias para procedimientos difíciles, pero según Eugenio Leopoldo Duquesne Zaporta, veterinario, atienden a todo el que vaya.
No obstante, me pregunto qué sucede con la población de animales callejeros ¿Quién los atiende? Es imposible ignorar los gatos y perros sin dueño que deambulan por nuestras ciudades y pueblos de campo.
Con respecto a la población callejera está estipulado que deben ser recolectados y trasladados a centros de observación o de atención, acogida, rescate y rehabilitación.
Una vez cumplidos estos pasos los animales pueden ser devueltos a sus propietarios, entregados en adopción o a otros centros de acogida y rescate y, en caso de ser necesario, aplicarles la euthanasia, según lo establecido en la legislación vigente.
Si este proceso se llevara a cabo como es debido no estaríamos viendo hoy el sufrimiento de mascotas abandonadas, que tratan de sobrevivir a las duras condiciones de las calles. Ni fueran portadores de enfermedades que también afectan la salud de los seres humanos.
Las disposiciones del artículo 12 del Decreto-Ley, expresan la obligación del Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa) para el cumplimiento de estrategias, programas y proyectos relativos al desarrollo del bienestar animal; así mismo, corresponde a los órganos locales del Poder Popular gestionar y financiar proyectos de desarrollo sociocomunitarios y ambientales encaminados al mismo propósito.
La letra está escrita, el quid de la cuestión es que no siempre se aplica; ya sea porque no se puede, no se quiere o a alguien se le olvidó que existe.
Odarlys Pérez Oria, jefa de Sanidad Animal del municipio chambero, explica que no hacen campañas de esterilización ni vacunación porque actualmente la clínica no cuenta con las condiciones, equipos ni medicamentos para brindar una buena atención. Los Laboratorios Biológicos Farmacéuticos (Labiofam) están a cargo de abastecer las clínicas, sin embargo, a la de Chambas, le entregaron suministros una sola vez este año. Tampoco cuentan con hilo de sutura, anestesia ni tranquilizantes.
Tomada de CubadebateUna esterilización o campaña de vacunación masiva exige recursos, sí, pero no puede ser esa la justificación que impida pensar en otras vías de hacer cumplir los deberes y reglas
Por otra parte, el departamento de Higiene y Epidemiología, que anteriormente era el encargado de recoger y aplicar eutanasia a los callejeros; acción que, por suerte ahora está prohibida, solo tiene el deber de realizar campañas de vacunación antirrábica. Podría parecer una buena noticia; incluso, este año en Chambas como parte de las funciones de zoonosis fueron vacunados 6000 animales, hasta que sabemos que no se vacunan a los callejeros porque no hay nadie que reclame por ellos.
Demasiados son los problemas, falta de organización, desconocimiento y carencias que entorpecen la garantía de un verdadero bienestar animal. La atención veterinaria en todos los niveles, tal y como dice la ley que debe ser, es deficiente. También toca fortalecer el estudio de las poblaciones de animales vagabundos y concluir con mejores estrategias para su cuidado y protección.