Jun, 2024.- Sí, es cierto, desconozco su idioma, pero siento el valor de sus palabras. Aunque no domino el árabe, la lengua predominante en Palestina, cada expresión del anciano Nahed Al-Shawa se clava en mi pecho como una daga.
Cuando reflexiono sobre el exterminio al que está sometido el pueblo palestino debido al odio desenfrenado de los israelíes me asaltan la angustia, el tormento, el grito y el dolor. La soledad interior de los niños, la ausencia de muchos otros y la presencia de hombres extraviados en un presente inseguro, adverso y atrozmente desgarrador se proyectan en mi mente.
¡Cuánta fuerza de voluntad y amor por su nación! Así es como el longevo protagonista de esta historia dura, triste, sobrecogedora y real describe su sentimiento hacia los suyos. No existe el miedo en su corazón, solo ansias de luchar por sus hermanos.
Mis ojos lo ven y mis oídos lo escuchan. Al-Shawa decidió dejar su retiro y volver al ejercicio humano de socorrer a los necesitados. No teme morir; su misión lo convoca a superar el desasosiego que lo rodea, plagado de una estela sangrienta donde prevalecen las montañas de escombros, la desolación, el hambre, la insalubridad y las enfermedades. Los gemidos y las clemencias, los llantos y la escalofriante verdad de un genocidio sin fin.
Para Nahed Al-Shawa, la mayor de las reverencias, por su lección de dignidad, por enfrentar el peligro y por la vergüenza. Puede que hoy avance por las calles envueltas en polvo y desechos, sobreponiéndose a la realidad. En su ambulancia recorre caminos en busca de aquellos que aún sobreviven al holocausto. A Palestina le ha nacido un nuevo héroe decidido a defender la vida, dispuesto a dar la suya si es preciso por el prójimo. (Foto tomada de X)
"Mi deseo es morir dentro de la ambulancia ayudando a mi pueblo."
— Palestina Hoy (@HoyPalestina) June 23, 2024
El anciano Nahed Al-Shawa sale de su retiro y regresa a la ambulancia para rescatar a las víctimas en la Franja de Gaza. pic.twitter.com/HcahAhUFdN