En cada luz late el corazón solidario de los electricistas y linieros (+ Posts)

Nov, 2024.- En cada tormenta que oscurece el cielo de la isla mayor de las Antillas, cuando los vientos azotan sin piedad y la lluvia transforma las calles en ríos, surge en la figura de los linieros y trabajadores eléctricos la lámpara que ilumina y esperanza.

En medio de las condiciones más adversas son capaces de enseñar y demostrar lo que significa el verdadero altruismo y el respeto al prójimo.

Cuando el llamado del deber se hace sentir no importan la hora ni el lugar. Con sus cascos y arneses se disponen a desafiar las inclemencias del tiempo y los peligros ocultos en cada cable y poste caído. En sus rostros se puede ver el compromiso y la dedicación, la promesa de devolver la electricidad a cada hogar, de restaurar la normalidad a las vidas interrumpidas por la furia de la naturaleza.

Hay historias que resuenan profundamente en el corazón de las comunidades afectadas por el huracán Rafael. En cada conexión restablecida, en cada luz que vuelve a encenderse late el corazón solidario de un país orgulloso de sus hijos.

Estos héroes anónimos no solo restauran la energía eléctrica; también reavivan la fe y la confianza. Saben que detrás de cada apagón hay familias que esperan, niños que necesitan la corriente para estudiar, ancianos que dependen de sus equipos médicos. Cada tarea que realizan es un acto de amor y de apoyo, un testimonio de la profunda empatía y compromiso con su gente.

En las noches más oscuras, cuando todo parece perdido, los linieros y eléctricos del verde caimán que parece reposar en las aguas del Caribe se convierten en destellos pletóricos de fe y confianza, recordándonos que el apoyo y la hermandad en los momentos difíciles son fuerzas invencibles. A través de su abnegación y dedicación, ilustran que el verdadero poder no radica solo en la electricidad que fluye por los cables, sino en la voluntad interminable del amor y la compasión que emana de sus corazones. (Foto tomada de Facebook)