Jun, 2025.- En medio de la poca presencia de las precipitaciones, los productores agropecuarios representativos del más oriental de los territorios camagüeyanos no bajan la guardia. Con ingenio forjado en la experiencia del campo y una determinación que no se marchita, cada ordeño es una hazaña que persigue cumplir los compromisos lecheros pactados con el Estado.
Garantizar una alimentación constante y nutritiva para los rebaños, asegurar agua fresca y organizar la rotación de los pastos, son pilares que sostienen esta batalla diaria. Todo esto con el objetivo de que las vacas en producción descansen, se alimenten bien y rindan.
Los hombres y mujeres entregados a esa tarea, cuidan celosamente cada res, atentos sobre todo a las crías, como si en cada ternero se tejiera el futuro de la finca.
Las unidades lecheras no bajan el ritmo. Aunque dispersas geográficamente, comparten un propósito común: aportar cada litro posible, porque en este sistema cada campesino cuenta como pilar de una economía que, también se ordeña gota a gota.
Una estrategia territorial articula a todos los consejos populares y vaquerías del municipio, esfuerzo coordinado que transforma la voluntad en resultado, compromiso que no se firma con tinta, sino que se sella con el sudor y la palabra empeñada del pueblo guaimareño. (Foto Archivo)