Los amplios corredores de columnas neoclásicas marcan la imagen de Ciego de Ávila y la definen en el contexto urbanístico nacional como la Ciudad de los Portales, sin embargo, resulta cada vez menos posible para el transeúnte caminar por estos sitios sin tropezar con un sinnúmero de indisciplinas que atentan contra la estética y la imagen.
Rosa Amparo Bernal Bernal, directora provincial de Inspección Estatal del Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo (INOTU), refiere a Invasor la importancia de que la población conozca las regulaciones urbanísticas, de obligatorio cumplimiento, como es el caso de los corredores públicos, que tienen la finalidad de acoger a los caminantes.
Tales disposiciones, subraya, responden a la ubicación y varían entre el centro de la ciudad y sus consejos populares aledaños, aunque en cualquier parte el portal debe ser respetado, pues constituye la fachada y carta de presentación que caracteriza la imagen de la urbe.
El centro histórico avileño, concentrado en un grupo de manzanas definidas entre las calles Serafín Sánchez y Cuba, de norte a sur, y Narciso López y José María Agramonte, de este a oeste, pierde, en muchos casos, el carácter colectivo y función de los corredores públicos, cuando son tomados para intereses particulares como el parqueo de bicicletas y motorinas, las ventas de garaje y otros servicios.
Rosa Amparo reconoce que con el surgimiento del trabajo por cuenta propia se ha incrementado la indisciplina social, con la venta y ocupación ilegal de esos espacios. No obstante estar autorizado el comercio minorista, así como la oferta y demanda de forma ambulatoria, se violan las disposiciones cuando el vendedor se estaciona en un lugar determinado o se realizan los negocios fuera de la vivienda.
Hay que ganar en cultura urbanística, acota, pues hoy va el inspector, apercibe al infractor y cuando se marcha, vuelven a repetirse las indisciplinas.
Siempre trabajamos de manera profiláctica, tratando de educar a la población y les explicamos la existencia del Decreto Ley 272 , del 20 de febrero del 2001, De las contravenciones en materia de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, que establece las conductas y las medidas aplicables, y sus artículos 11-A y 11-B, referidos a la ocupación ilegal de espacios sin acciones constructivas o por colocar kioscos o tarimas o elementos similares, añade.
Asimismo, en su artículo 17, estipula (inciso n) que se considera contraventor a quien “obstruya o dificulte de cualquier forma la circulación por aceras, paseos y portales de libre tránsito con vallas, objetos, materiales, follajes u otros elementos”.
También están vigentes las Regulaciones Urbanas específicas para la ciudad de Ciego de Ávila aprobadas el 15 de octubre del 2014, las cuales son claras acerca del tratamiento que debe recibir el centro histórico y especifican: “(…) los portales nuevos a ejecutar estarán en correspondencia con los existentes y serán de tipo corrido y uso público, prohibiéndose su cierre y delimitación”. (Artículo 494).
Para hacer cumplir lo estipulado, afirma la directora provincial de inspección de la INOTU, cuentan con los propios inspectores del organismo y también los integrales que pueden atender las violaciones que ocurren en esas áreas.
Siempre, en primera instancia, se aplica una advertencia, para que la población conozca las leyes y ganar en la conservación del patrimonio, pero si la persona reincide, se procede a la aplicación de una multa de hasta 500 pesos y si al cabo de un tiempo insiste en la violación, puede procederse a tramitar el caso con los órganos del orden público, para hacer respetar lo dispuesto en los reglamentos, detalla.
Actualmente, la INOTU en el territorio cuenta con un inspector en cada consejo popular, el cual se encarga de trabajar por manzanas, de conjunto con los jefes de sectores de la Policía Nacional Revolucionaria, para educar, pero también para contrarrestar las conductas que violan lo orientado reiteradamente.