May, 2024.- El Día de las Madres es siempre diferente, muchas personas llegan hasta el cementerio de la localidad para depositar flores a esos seres de luz que ya no están físicamente, pero viven en el alma de sus hijos.
En los hogares se materializan festejos, las entregas de postales, los abrazos, el beso del retoño a su progenitora, el regalo del nieto a la abuela que, infatigable, no descansa en el empeño de compartir su sapiencia y, también, valiosos consejos imprescindibles para enfrentar la vida. Por estas y muchas otras razones las protagonistas de lo bello se convierten en las damas capaces de engendrar la maravilla y mirar con los ojos del corazón.
Esta jornada de celebración se distingue por el agasajo a las que, desde otras latitudes, cumplen misiones en países hermanos y ratifican en cada tarea su respeto por la nación que representan y su pasión por la familia, nido de ternura donde nace la primera sonrisa.
Hasta ellas, llegue hoy, el sincero saludo y la más tierna felicitación por tan memorable jolgorio.
A las mamás, tan importantes y necesarias, dedica la siguiente crónica el periodista Evelio Hernández Ramos.