Dic, 2024.- El 2 de diciembre de 1956, un yate llamado Granma llegó a las costas de Cuba en un evento que marcaría un antes y un después en la historia del país. A bordo de esta embarcación, 82 valientes revolucionarios, liderados por Fidel Castro, desembarcaron con la firme convicción de luchar por la libertad y la justicia. Este acto heroico, conocido como el Desembarco del Granma, se ha convertido en una epopeya trascendental, simbolizando el inicio de la lucha armada que culminaría con el triunfo de la Revolución cubana en ´1959´.
Este suceso del 2 de diciembre de 1956 fue una misión llena de adversidades. Los revolucionarios, después de una travesía peligrosa y en condiciones extremadamente difíciles, enfrentaron una serie de desdenes desde el primer momento en que pisaron tierra cubana. Las precarias condiciones del terreno y el desafío con las fuerzas de Batista, apenas al llegar, hicieron que esta misión fuese aún más heroica. A pesar de las bajas y los problemas, los sobrevivientes se reagruparon en la Sierra Maestra, donde iniciaron una lucha guerrillera que inspiraría a todo un país.
Para los jóvenes de Guáimaro, esta epopeya memorable no es solo un evento histórico, sino un legado de valor, resistencia y esperanza. En las aulas, parques y hogares de la región más oriental de la provincia de Camagüey, la historia de estos 82 valientes pervive, enseñando a las nuevas generaciones la importancia de batallar por los ideales de justicia y libertad. Las lecciones de sacrificio de aquellos hombres representan un faro para los guaimareños, inspirándolos a enfrentar sus propios retos con la misma determinación.
El espíritu de los revolucionarios protagonistas de aquella expedición se refleja en cada aspecto de la vida en Guáimaro. Desde las actividades escolares que conmemoran esta leyenda de la patria hasta las manifestaciones culturales que celebran la identidad y la memoria histórica del municipio.
La impronta del Desembarco del Granma sigue siendo una fuente de orgullo y motivación. Para los guaimareños, este acontecimiento del que evocamos hoy su aniversario 68, es un emblema del arrojo y una inspiración constante para continuar construyendo castillos de humanidad. (Foto tomada del periódico Sierra Maestra)