Guáimaro, 6 may. – La detección temprana de malformaciones congénitas en el feto es fundamental para evaluar la necesidad de una posible interrupción del embarazo, con el objetivo de evitar consecuencias adversas y garantizar el derecho de cada niño a nacer en óptimas condiciones de salud. Esta labor es una prioridad dentro del Programa de Atención Materno Infantil.
La Salud Pública en Cuba es una de las mayores conquistas de la Revolución, enfocada en el bienestar integral de todas las personas, sin distinción de ideología política o creencias religiosas.
Como en todo el país, también en Guáimaro, el trabajo en la Atención Primaria comienza desde las instituciones más pequeñas, como los consultorios, donde se llevan a cabo acciones de prevención, pesquisaje y diagnóstico de enfermedades. Desde estos centros, se inicia el seguimiento de las gestantes con el propósito de asegurar un desarrollo saludable del embarazo. Médicos y enfermeros materializan este monitoreo para identificar posibles riesgos en la futura madre.
En las consultas establecidas, se ratifica que, el esfuerzo de los profesionales de la salud no es suficiente por sí solo; la cooperación de la familia es clave. Diversos factores intervienen en este proceso para lograr la reducción de la tasa de mortalidad infantil y, a la vez, fomentar la natalidad, en una sociedad que avanza hacia el envejecimiento poblacional. (Foto Cubadebate)
