Jun, 2025.- La reforestación es fundamental para garantizar la continuidad de los bosques y no es solo responsabilidad de los organismos encargados, sino de toda la sociedad.
Cada año, en la más oriental de las regiones camagüeyanas se implementan diversas acciones para aumentar el potencial forestal, como la siembra de semillas, la plantación de árboles y el mantenimiento cultural necesario encaminado a asegurar su crecimiento.
El cuerpo de guardabosques desempeña un papel esencial en la conservación de la flora y fauna, supervisando el cuidado de los suelos, las márgenes de los ríos y embalses, y protegiendo los ecosistemas.
No solo es importante plantar árboles maderables, sino también frutales, ya que estos contribuyen a la preservación de la humedad y la capa vegetal, además de representar una valiosa fuente de alimentación para la población.
Hasta ´1959´, año del triunfo de la Revolución Cubana, la reforestación era mínima, con apenas 6,000 hectáreas recuperadas y una cobertura forestal de solo el 13.4 % del territorio nacional. Con el paso del tiempo, se impulsó un cambio significativo. Para finales de ´2007´, la superficie cubierta de bosques había alcanzado 2,778 mil hectáreas, equivalente al 25.3 % del archipiélago. De este total, 2,351 mil correspondían a bosques naturales y 427 mil a plantaciones, principalmente de coníferas, eucalipto, casuarina y especies preciosas, además, se contaban unas 190,000 hectáreas de plantaciones jóvenes (menores de tres años), con proyecciones de incrementar el potencial forestal hasta el 32 % del área total.
En Guáimaro, se ejecuta un plan especial para recuperar el cedro y se fomenta la producción de viveros de palma real para su siembra intensiva en los campos cubanos, dado que este árbol es un símbolo del patrimonio nacional. (Foto tomada de Internet)
