Jul, 2024.- La conservación y defensa de la identidad en el más oriental de los territorios camagüeyanos es un acto de amor y compromiso con las raíces. En un mundo que cambia rápidamente resulta vital recordar y celebrar las tradiciones, costumbres y valores que definen como comunidad.
Los dones que enorgullecen nos conectan con el pasado y dan fuerzas y cohesión para enfrentar el futuro.
En Guáimaro cada esfuerzo por salvaguardar la historia, desde la música y la danza hasta la gastronomía y las festividades locales, es un testimonio de la rica herencia del poblado. Estos elementos culturales son los hilos que tejen el tapiz de la identidad, y su preservación asegura que las nuevas generaciones puedan conocer y valorar de dónde vienen.
Proteger la identidad es, también, un acto de resistencia frente a la homogenización cultural. Es afirmar con orgullo quiénes somos y qué representamos. Cada vez que participamos en una tradición local y transmitimos una leyenda o receta familiar fortalecemos el tejido de la comunidad y ratificamos el interés de no dejar morir la identidad por siempre sempiterna en estos y todos los tiempos.
Para finalizar mi comentario comparto con todos una máxima que invito a no olvidarla nunca: La protección y resguardo de las esencias que nos distinguen como cubanos guaimareños es una labor continua y colectiva que enriquece y une. Es un legado que debemos proteger con cariño y dedicación. (Foto tomada de Adelante)