Dic, 2024.- El 4 de diciembre de 2016, los corazones de los guaimareños latían al unísono mientras la caravana con las cenizas de Fidel Castro Ruz, padre de la Revolución cubana, cruzaba la principal avenida que hermana al más oriental de los territorios camagüeyanos con el oriente del país. Aquel día inolvidable, el aire estaba cargado de emoción y respeto, y Guáimaro se convirtió en un testimonio vivo del amor y la gratitud hacia el soldado de las ideas.
Desde bien temprano en la mañana, hombres, mujeres y niños se congregaron a lo largo de la carretera central, portando banderas y flores. No importaba el cansancio ni la espera, lo que unía a todos era el deseo de rendir homenaje a quien dedicó su vida, a luchar por la justicia y la dignidad de su nación. Las generaciones más jóvenes, que solo conocían a Fidel a través de los relatos y la historia, se amalgamaron a los mayores en una muestra de fidelidad al líder sempiterno y por siempre inmortal.
Cuando la caravana hizo su entrada, el silencio se apoderó del ambiente, roto solo por el sonido de los motores y el murmullo de la multitud que susurraba el nombre del revolucionario inmenso y humanista. Las cenizas del Comandante, resguardadas en una urna sencilla, avanzaban en medio de una solemne procesión. A cada paso, los hijos del poblado protagonista de la firma de la Primera Constitución de la República de Cuba en Armas, levantaban sus manos en señal de despedida, muchos con lágrimas en los ojos, sintiendo la presencia del guerrillero del tiempo más cerca que nunca.
Los ancianos recordaban con nostalgia los discursos apasionados del gran estadista. Los jóvenes reflexionaban sobre el legado de un hombre que, con su ejemplo, les enseñó el valor de la resistencia y la solidaridad. Los padres contaban a sus retoños las hazañas y sacrificios del adalid, sembrando en ellos el orgullo patrio.
Aquella jornada, en cada rostro se veía reflejada la esperanza y la determinación de continuar el camino trazado por uno de los grandes protagonistas de la política del siglo XX.
El paso de la caravana Tributo a Fidel por Guáimaro el 4 de diciembre de 2016 fue más que un evento histórico; fue un momento de profunda conexión entre el pueblo y su eterno guía. (Foto Portal Cuba)