Guáimaro, 30 dic.- El más oriental de los territorios camagüeyanos se llenó de magia en una tarde-noche que quedará para siempre en la memoria de sus habitantes. El pueblo de Guáimaro tuvo el privilegio de disfrutar la presentación de Cándido Fabré y su banda, sin duda, uno de los más reconocidos y queridos exponentes de la música cubana.
Al sonar las primeras notas de la orquesta, un murmullo de expectativa recorrió la multitud que aguardaba ansiosa frente a la tarima central del recinto ferial. La llegada del popular cantante e inigualable improvisador estaba por suceder.
Como una ráfaga de energía, Cándido Fabré apareció en el escenario. Con su excepcional carisma y su sonrisa contagiosa, saludó al público y dio inicio a un concierto que prometía ser inolvidable.
Desde el primer acorde, Fabré hizo vibrar el alma del público con su entrega total. Cada canción se convirtió en un viaje por la rica cultura musical cubana, con ritmos que los asistentes bailaron y gozaron. Las letras, llenas de realismo, resonaron en los corazones de los presentes, transportándolos a través de historias de amor, lucha, esperanza, orgullo y resiliencia en tiempos tan difíciles.
El pueblo cantó y danzó al compás de la música, formando un coro unificado que elevaba aún más la energía del lugar. Fabré, con su habilidad para conectar con la audiencia, convirtió el momento en una celebración colectiva, donde cada persona se sentía parte de algo especial y único.
A lo largo de la noche, las emociones estuvieron a flor de piel. Fabré no solo interpretó sus composiciones musicales, sino que también compartió mensajes de cariño para Guáimaro y su gente, creando una atmósfera de intimidad y conexión.
Al finalizar, con las últimas notas resonando en el aire, el aplauso del público fue unánime. Cándido Fabré regaló a Guáimaro horas melodiosas para el recuerdo, llenas de armonía, vibración y unidad.
El poblado, cuna de la Constitución, agradeció su gesto y deferencia, despidiéndolo con satisfacción y gratitud. Su sonoridad y energía ratificaron una vez más el poder unificador de la cultura y el arte. (Foto cortesía de la autora)
